miércoles, 21 de julio de 2010
Colchas y literatura
Desde los primeros ciclos en la facultad nos enseñaron a todos que en literatura , específicamente en la novela, el cuento y la narración, todo es ficcional. Pero, hasta qué punto todo lo que la gente escribe en una narración es ficcional? Hace poco, le mande por email un cuento que había escrito hace algunos años a una amiga que estudia comunicaciones en la universidad, y con la que solíamos compartir interminables charlas en el patio de la facultad de humanidades de la Puc. Cuando le pedí una opinión acerca de lo que había escrito me dijo: “ese cuento lo escribiste cuando recién llegaste de EU y habías roto con…,noo?” La respuesta me molesto sobre todo porque había tratado de no mezclar mis coas personales con la narración “¿no te han enseñado aunque sea en generales que la literatura es ficcional?, no necesariamente yo soy el narrador de ese cuento y no necesariamente soy yo el que aparece ahí y si no tienes nada nuevo que agregar a lo que te pregunté mejor te dejo”. El fin de semana pasado encontré el cuento y al releerlo me pasó lo mismo pasa cuando uno lee un libro que leyó hace muchos años: mi percepción del cuento en sí había cambiado, el personaje en verdad me recordaba aquel chico que fui hace unos cuatro años e incluso situaciones y personas aunque hayan cambiado los nombres me hacían recordar a personas que si había conocido, lo primero que hice fue llamar a aquella amiga entrañable y en parte tenía razón: mucho de lo que escribimos tiene que ver con nosotros o con gente que hemos conocido o los libros que hemos leído. Ayer pensando antes de acostarme pensé que la literatura es como un trabajo de patchwork : unos retazos son parte de tu memoria, otros son parte de lo que has escuchado de tus amigos, otro de lo que quisieras que pase, otro de lo que has leído, otro de las series o películas que has visto y así. Pensando en películas y colchas recordé una película que vi hace algunos años un domingo en Fox Life que se llama “How to make an american quilt”, en ella, Wynona Ryder en medio de una crisis emocional antes de casarse y luego de terminar su tesis va de visita a la casa de su abuela, la que tiene un club de tejido en el que todas las mujeres hacen un pedazo de la colcha con un retazo de alguna tela que haya tenido algo significativo en su vida y mientras ,ellas le cuentan la historia de sus vidas. No hace falta decir que al final Wynona encuentra respuestas a todas sus dudas
Acá les dejo el tráiler:
martes, 6 de julio de 2010
...o tal vez no
Luego de los hechos de la entrada anterior continué algunos días pensando en lo justo que sería que dentro de la confusión que puede ser la vida el universo nos dé algunas señales y mientras más lo pensaba cada vez me convencía de que algunos tornillos se me estaban zafando al pensarlo. En esa semana compré un libro en una feria de la universidad llamado “Instrucciones para salvar el mundo” de Rosa Montero, la novela aparte de ser bella y rotunda me hizo sentirme acompañado en mi locura, no sólo por las horas que pase pegado frente al libro sino porque en uno de los capítulos Cerebro, uno de los personajes, habla acerca de la teoría de la serialidad a los habitués de un bar en Madrid acerca de la teoría de la serialidad, hasta ese momento desconocida para mi y que más o menos va de la siguiente forma:
La teoría de la serialidad fue propuesta por Paul Kammerer en la decada de 1920 en ella postula que si bien el universo tiende hacía la entropía (el punto de máximo desorden que es donde se alcanza el equilibrio), también hay una fuerza que tiende hacía la armonía y el orden y que atrae en el tiempo y el espacio hechos y objetos parecidos.
Pensé que la teoría no era sino una ficción más dentro de la novela pero al buscar acerca de ella en Internet descubrí que en verdad existe y que Kammerer fue un científico prestigioso en el segundo decenio del siglo XX y que incluso Einstein aplaudió su teoría de la serialidad. Y que había colecccionado coincidencias durante 20 años y las publico en un libro que apoyaba su teoría de que las coincidencias no son hecho al azar sino parte de un todo
¿Por qué las teorías de Kammerer no llegaron a nosotros como algunas de sus contemporáneos?
En parte, debido al fraude de los sapos de partera. Para demostrar su teoría que las mutaciones no persisten por selección natural como decía Darwin sino que son transmitidas genéticamente, Kammerer experimentó con los sapos de partera los que desarrollaron unas almohadillas que les impedían resbalarse del lomo de la hembra durante el apareamiento y que fueron heredadas pos su descendencia. El problema fue que luego se descubrió que estas almohadillas eran logradas con una inyección subcutánea de tinta china, aunque no se supo si lo hizo el mismo Kammerer o uno de sus ayudantes, Kammerer se suicido luego de ese espisodio.
Lo paradójico de todo el asunto es que ahora mediante estudios epigenéticos se llegó a la conclusión de que las teorías de Kammerer y Lamarck son altamente probables.
¿Coincidencias?...
Hubo un día hace algunos años en el que acudieron bastantes coincidencias en menos de 12 horas.
Era una noche de invierno. Luego de la medianoche y estaba en mi cuarto tratando de leer un libro, que como la mayoría de libros que se leen por obligación se me hizo pesado. No sé que extraño mecanismo en mi cerebro se activó e hizo que todas las preguntas que hasta ese momento habían estado hundidas en la oscuridad salgan a flote
¿Qué haré luego de terminar la carrera? Sobre todo luego de haber estudiado una carrera de humanidades ¿y, por qué una carrera de humanidades? ¿me iré a morir de hambre? Dicen que una vida es felíz si se tiene salud, dinero y amor. De la salud voy bien…creo pero ¿y, si no? ¡Estar enfermo y sin dinero debe de ser una pésima combinación! ¿y, qué del amor? ¿me volveré a enamorar? Dicen que uno sólo se enamora dos veces en la vida ¿y la segunda? ¿y qué, si ya paso y no me di ni cuenta? Apenas me formulaba una pregunta cuatro más salían a acompañarla. En ese proceso estuve hasta las tres y media de la mañana cuando decidí acostarme de una vez por todas con el remordimiento de no haber estudiado nada y de ir con menos de tres horas de sueño al examen final de un curso ,que bajo todos los cristales bajo los que se mire, iba a jalar.
Antes de dormir comencé a recordar detalles triviales de todo lo que me había pasado en el día a ver si así conseguía invocar al sueño, el primero: una paloma había anidado en el alfeizar de mi ventana así que idee los medios para desalojar al inoportuno invasor; El último: camino a mi casa pase por una avenida en cuyas paredes hay un mural que he visto prácticamente toda mi vida y dice “el futuro eres tú” pero en esa ocasión llamo mi atención
Las tres horas de sueño se prologaron media hora más y tuve que tomar un taxi, el cuál se metió por casi todos los atajos posibles hasta San Miguel. En una de esas calles, en los pocos momentos en los que el sueño me daba una tregua, alcancé a ver un graffiti como los muchos que hay en Lima. Estaba pintado en letras negras sobre una pared blanca y hablaba de un tópico demasiado común y ni siquiera de forma ingeniosa: “Vive el hoy, el presente eres tú” tenía todas las características para ser perfectamente olvidable y así lo hice, lo olvidé. No fue sino hasta más tarde que aquel recuerdo me asaltó
Ya en la universidad y luego de dar un pésimo examen decidí releer un libro que llevaba en la mochila hacía un mes a manera de distracción. En una de las narraciones un personaje lee la frase que bordó una mujer loca: “No arruines el presente lamentándote por el pasado ni preocupándote por el futuro” Recordé la frase de la mañana y caí en cuenta que ya eran dos veces que las alusiones al presente se me colaban, y lo siguieron haciendo hasta más tarde cuando llegue a mi casa. Como consecuencia de haber dormido poco estuve oscilando entre el sueño y la vigilia durante toda la tarde, me dispuse a almorzar casi mecánicamente cuando escuche la voz de una tía, conocida por ser lenguaraz y exaltar a su familia, que llego de visita . Desde la sala anexa al comedor y entre sueños escuchaba historias de un nieto que vive en Holanda, otra nieta que se acababa de ganar una beca a Inglaterra y que la menor se acababa de graduar del cole y era el primer puesto de su promoción, que hablaba cuatro idiomas, había hecho una empresa de velas en el colegio y aparte de eso era una belleza. No había reparado en que su voz se había movido desde el sofá a pocos paso del comedor, cuando levante la vista estaba delante de mi diciendo algo
- Carpe Diem
¿Carpe Diem? Aprovecha el día? ¿por qué me lo decía a mi? ¿por qué hoy? ¿qué tema tiene el mundo hoy con el presente??
- ¿Disculpa?
- - Carpe Diem es el nombre que le han puesto a la promoción de tu prima. ¿Qué no estas escuchando???
- Ah si, dile que la felicito
Deje mi plato en la cocina y me retire a mi cuarto. Preferí archivar todas esas coincidencias como hechos al azar, siempre creí que aquel que ve señales del destino en todas las cosas esta destinado al manicomio. Sin embargo me pareció una bella idea que el universo mande señales para guiarnos dentro del caos que puede llegar a ser la vida
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